Ilusionaos!

Hoy me decía un compañero que había estado hablando con una ex Directiva de Price Waterhouse y que esta le comentaba su experiencia en un viaje que hizo en representación de su empresa a China.

Dos años antes de la Exposición del 2010 en Sanghai, un político les enseñaba la explanada donde se iba a construir la misma (5,28 Km2) y en el que había dos fábricas de vidrio funcionando. Cuando le miraron con cara de incredulidad y le preguntaron que como era posible eso contestó “Fácil. Traeremos 300.000 compatriotas, derribaremos las fábricas y construiremos la Expo”… y lo hicieron.

Más tarde le preguntaron si habría posibilidades de evitar la “invasión china en el Mundo” y él les contestó de manera resumida: “Eso es imposible”. Cuando le preguntaron el porqué de esa inevitabilidad les dijo: “Nuestros jóvenes tienen ilusiones y los suyos no”.

Si es cierta esta historia, y no tengo motivos para pensar que se la haya inventado, creo que habría que trabajar porque esta vieja sociedad nuestra no solo formara (sobre-formara diría yo a base de muchos conocimientos técnicos y pocos humanos) a nuestros jóvenes, sino para que valores e ilusión formara parte de su bagaje vital ¿Seremos capaces? Nos va y les va la vida en ello. Va a ser difícil con este modelo social que arrastramos. Ayer misma oía a una joven de 30 años que es Ingeniera Industrial, con un master en Energías Renovables, tres idiomas y un cuarto idioma en preparación y que solo ha podido tener hasta ahora dos experiencias con empresas que le pagaron 1.000 ! (no siempre ya que a veces ni la pagaron): “puto país, puto país, puto país”. Y es una mujer sensata, razonable, amable, educada y muy preparada. Pero con esas palabras creía definir lo que pensaba y, sobretodo, lo que sentía.

Sin embargo, es en la oscuridad cuando es necesaria la luz, y es misión de todos aportarla. No sólo ¡indignaos!, sino también ¡ilusionaos!

Iñaki Gómez

Director Gestión y Desarrollo de personas

FUNDACIÓN ADSIS

 

P.D. Obviamente en la “invasión china” también influirán otros factores preocupantes: que son 1.300 millones de personas, que no tienen ningún tipo de inhibición por su cultura religiosa, ni conocida sensibilidad medio ambiental, junto con escasos o nulos derechos sociales y laborales. A veces me hacen pensar en la película “The naked jungle (traducida aquí con el título de “Cuando ruge la marabunta”) y me entra un escalofrío.