Talento social y emprendimiento social

Bill DraytonDurante los últimos diez años han sido muchas las iniciativas que se han puesto en marcha en el espacio comprendido entre el mundo social y el empresarial, también conocido como emprendimiento social.

Así, existen casos de ONG que buscan financiación para sus proyectos a través de la comercialización de productos, como en el caso de MSF (Médicos sin Fronteras) y sus “pastillas contra el dolor ajeno”; empresas que inician sus actividades fundacionales, como la Fundación BBVA, en países en vías de desarrollo ampliando su cartera de clientes a través de los microcréditos; o empresas sociales que se originan desde la colaboración del sector empresarial y social, como el Grameen Danone. Se trata, éste último, de una empresa creada en 2006 por M. Yunus y Danone cuyo objetivo es fabricar un yogurt que sea accesible (muy económico de manera que todo el mundo en Bangladesh pueda permitírselo) y con los nutrientes necesarios para facilitar que millones de niños, que viven en la pobreza extrema, puedan superar los problemas ocasionados por la desnutrición, consumiéndolo dos veces por semana y durante ocho o nueve meses.

¿Qué es el emprendimiento social?

El término emprendimiento social* fue acuñado hace 30 años por Bill Drayton, CEO de Ashoka y recientemente seleccionado para recibir el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2011 por identificar aquellas iniciativas innovadoras que buscan solucionar problemas sociales a través de métodos tradicionalmente asociados a la empresa.

¿Por qué es importante el emprendimiento social?

  1. Es un agente de cambio y transformación de la sociedad.En este sentido, contribuye al desarrollo de competencias de liderazgo e innovación, como la empatía, el trabajo en equipo, la capacidad de aprendizaje, la creatividad, la resiliencia o el learning by doing, entre otras.Permite el cambio de paradigma de empresa enfocada a la rentabilidad hacia un concepto de sostenibilidad. Dentro de este concepto se incorpora la idea de aportación de valor a la sociedad, buscando impacto económico a través del impulso laboral para colectivos menos favorecidos o bien persiguiendo impacto en el aspecto medioambiental. Y todo ello con una visión de largo plazo y de relación win/winy no la mera lógica transaccional.Esa fuerza de transformación se consigue promoviendo los valores sociales y fomentando las prácticas éticas de los gobiernos y de los mercados.
  2. Tiene impacto sobre el desarrollo económico y humano.Como acabamos de mencionar, el impacto social se consigue identificando oportunidades que otros no ven, como por ejemplo, con la creación de puestos de trabajo para colectivos excluidos socialmente o a través de la mejora de la calidad de los servicios sociales (salud, agua y saneamiento, educación, energía, microcréditos). Todo ello sin abandonar los principios de funcionamiento de la empresa, entendida ésta en su primera acepción de la RAE: “Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo.”
  3. Exporta su modelo y aprovecha sus capacidades.

    Introduce una visión innovadora que aporta un nuevo enfoque al que no se llega con el modelo actual –tradicional- de empresa lucrativa o del ámbito público tal y como lo conocemos ahora. Para lograrlo, afronta la resolución de los problemas desde una nueva perspectiva que se adapta a la nueva época en la que estamos: “no estamos en una época de cambio sino ante un cambio de época”.

Las personas o grupos de personas (emprendedores sociales o intraemprendedores, en el caso de llevarlo a cabo desde dentro de la propia organización) que lideran estas iniciativas son personas de un marcado carácter ético y que se diferencian de los emprendedores “de negocios” porque son capaces de ver una oportunidad en los fallos del mercado y crear valor social para el bien público, frente a una rentabilidad enfocada principalmente al accionista. Además se enfrentan a ello con recursos escasos, la restricción de no distribución de excedentes o la dificultad para la medición de su impacto social.

Aprovecha así el talento de las personas desarrollando de manera creativa y libre sus competencias de liderazgo y su capacidad de innovación. Una empresa social que vive de sus personas y del Talento Social de las mismas.

* El emprendimiento social se define a través de tres componentes:

  1. la identificación de un equilibrio estable, pero intrínsecamente injusto que provoca la exclusión, la marginación o el sufrimiento de un segmento de la humanidad que carece de los medios económicos o poder político para lograr un beneficio de transformación por su propia cuenta;
  2. la identificación de una oportunidad en este equilibrio injusto, el desarrollo de una propuesta de valor social, y la incorporación de la inspiración, la creatividad, la acción directa, el coraje y la fortaleza, cuestionando así la hegemonía del estado estable es, y
  3. la creación de un nuevo equilibrio, estable, que libera el potencial atrapado o alivia el sufrimiento del grupo afectado, y a través de la imitación y la creación de un ecosistema estable en torno al nuevo equilibrio garantiza un futuro mejor para el grupo objetivo e incluso de la sociedad en su conjunto.